Si tengo que pensar
en algún tipo de relación entre la Avenida del Paral·lel y algún lugar de mi ciudad sin duda lo compararía con la
calle Santa Maria (Sant Cugat del Vallès). Es el eje comercial principal (prácticamente
el único) y allí se concentra mucha actividad.
Sin duda la similitud se encuentra en
este punto del flujo de personas, cuando en las horas de mayor bullicio puede llegar a ser prácticamente imposible
caminar a paso rápido por la impasable barrera de gente. Imagino el Paral·lel
de un modo parecido salvando las obvias diferencias que existen.
También resulta evidente la mayor riqueza en todos los aspectos de la Avenida
de Barcelona. Aquí las similitudes brillan por su ausencia. Cuando cae la
noche, en Sant Cugat uno puede pensar que no esta andando por la misma calle,
sin embargo en Barcelona no sucede lo mismo. Aunque el paso de los años ha ido
modificando su actividad en cierta medida, la Avenida del Paral·lel siempre ha
mantenido una dualidad entre el día y la noche, pero con un denominador común que es el movimiento de gente. Si Nueva York es la ciudad que
nunca duerme, el Paral·lel podria ser la avenida que nunca descansa.