Hay muchas
maneras de ver y vivir el Parque de Collserola, pero sin duda alguna todas ellas
acaban por convencerte de la importancia del espacio y haciéndote gozar de sus
inagotables caminos, recorridos, rincones, secretos...
La visión de alguien
que vive en Sant Cugat podría resultar ser diferente de la de alguien que vive
la montaña des de la Ciudad Condal, pero personalmente siempre me ha gustado
ver Collserola como un punto de reunión entre ambas localidades. Tanto es así
que frecuentemente me encuentro con amigos de Barcelona en la cima del Tibidabo
y des de ese territorio “neutral” nos descubrimos unos a otros “nuestros” dominios
del Parque. De ese modo, lejos de ser la barrera verde que podría ser, Collserola se convierte a menudo en un punto
de conexión perfecto entre amigos.