No existe en Zaragoza nada con tanta
presencia como la que tiene Montjuïc en Barcelona. El entorno es
plano, los montes están lejos y tienen pendientes suaves. Montjuïc
tiene una fortaleza militar, en Zaragoza el castillo está en una
pequeña elevación a orillas del Ebro, junto a las antiguas murallas
de la ciudad medieval. Es el palacio de la Aljafería, que es uno de
los mayores tesoros arquitectónicos que se pueden encontrar en la
ciudad, sería difícil comparar una cosa y otra.
Entrada al palacio de la Aljafería
Compararemos Montjuïc con el llamado
parque grande de Zaragoza, tratando de obviar las diferencias de
escala. El de Zaragoza es un parque de 40 hectáreas que se situó
sobre el monte más cercano al perímetro de la ciudad (el de
entonces), y se inauguró en 1929, mismo año que la expo en
Montjuïc, fecha para la cual ambas montañas se domesticaron
parcialmente. Montjuïc se domesticó mucho más para las olimpiadas
mientras que en el parque grande aún se conservan casi intactos los
pinares, aunque del mismo modo entre la vegetación han acabado
apareciendo equipamientos deportivos y el parque de atracciones. El
estadio Olímpico se encuentra dentro de Montjuïc, mientras que la
Romareda se encuentra situada a los pies del parque.
Ambos lugares sirvieron como cantera en
el medievo para sus respectivas ciudades, aunque la influencia
concreta de esas canteras en Zaragoza no es tan acusada como en
Barcelona. Ambos lugares comparten también varios conceptos en lo
que a arquitectura y urbanismo se refiere, la forma de entrar a
través de un paseo central, el coronamiento de ese paseo con el
elemento principal, los respectivos jardines botánicos, las fuentes
luminosas, la variedad y riqueza de rincones y jardines, el
enfrentamiento de una escalera que sube directa con un viario sinuoso
que sirvió para hacer carreras, en Barcelona de F1, en Zaragoza deSidecar. Los paralelismos son evidentes.
(Parque Grande de Jose Antonio Labordeta, al fondo la estatua de Alfonso I 'el batallador')
Incluso el pabellón alemán de Mies y
la fundación Miró tienen su contrapartida en el parque grande: El
rincón de Goya, un museo dedicado (inicialmente) a la exposición de
pinturas de Goya, que tiene el honor de ser el primer edificio
racionalista de España, construido por Fernando García Mercadal en
1928.
(El Rincón de Goya)