dilluns, 3 de juny del 2013

La Salève_Montjuïc

Sus vistas singulares a la ciudad, la cordillera alpina, el Jura y el Montblanc…La Salève, una montaña de 1379 metros que se haya en los Prealpes del cercano país vecino de Francia, puede ser considerado como telón de fondo de la ciudad de Ginebra, con una relación mucho más distante que la que Barcelona tiene con Montjuïc pero no por eso menos intensa.


La Salève siempre se ha asociado al tiempo libre de los ginebrinos, estos no dudan, como pasaba en Montjuïc, en ir a pasear, subir a la cima con tren primero o con cinco minutos de teleférico más tarde, des de la cual pueden gozar de vistas sobre todo el cantón de Ginebra. O incluso hacer escalada; esta considerada uno de los lugares de nacimiento de la escalada pudiéndose utilizar "Varappe", uno de los barrancos de la montaña, como sinónimo de escalada en lengua francesa.

Y des de lo más alto, se puede jugar a adivinar dónde toda la historia de Ginebra empezó, cuales son las razones de su emplazamiento… Y su respuesta en una historia abreviada vendría a ser algo así:
En época celta, Ginebra ya era una población. Posteriormente, en 58 a.C. época romana, se convirtió en un eje de trasbordo y le dieron al emporio el nombre de Genava, fortificada por César. Caído el imperio en el siglo IX los obispos la transformaron en capital borgoña del pueblo germano, sede durante alrededor de cuatrocientos años hasta que llegó el Calvinismo con el advenimiento de la Reforma. Llegando a ser, en 1541, uno de los centros más importantes y principal foco del protestantismo europeo de Juan Calvino. También llamada ‘la Roma protestante’, fue tierra de asilo de los protestantes perseguidos por los católicos y los intelectuales en desacuerdo con la Iglesia Católica que contribuyeron al auge económico y cultural de la ciudad. Ya en 1602 el ejército del Duque de Saboya fue derrotado y la ciudad dejó de ser territorio reivindicativo. Hasta 1798 siendo ciudad, se incorporó a Francia hasta que en 1815 ingresó en la Confederación Suiza como cantón soberano.
Su ciudad vieja, la vielle-ville de la que hablábamos en actualizaciones anteriores, tuvo origen sobre y alrededor de la colina que actuaba como refugio natural protegido por el lago y el rio Ródano. A partir del siglo XIX con el crecimiento imparable de la ciudad, las fortificaciones son demolidas, y la ciudad sigue y sigue y sigue creciendo…