dilluns, 3 de juny del 2013

Castell de Montcada













     Durante la primera visita, la del Castillo de Montjuic, estuvimos aprendiendo diversas cosas sobre este accidente geográfico, sobre lo que significaba el monte para los barceloneses, ese signo de opresión, y también, la función comunicativa que tenía el Castillo.Buceando un poco a través de la historia de Montcada, descubrí algo que podía sospechar, que en El Turó hubo un castillo.      

La primera referencia documentada está datada del año 1023, que sale mencionado como “Castro de Montekandano”, y es uno de los castillos que la Contesa Ermesenda dio como obsequio y garantía de mantener la paz a su hijo Berenguer Ramón I. Un Ramón de Montcada. 

La historia del castillo consta de diferentes épocas, con diferentes regentes que acaba cuando en el año 1713, Felipe V ordena su demolición, y, más tarde dio permiso a la gente del pueblo de utilizarlo como pedrera. (Intuyo que aquí nace “Asland”.Pues bien, el caso es que a finales del siglo XIX, los restos del castillo sirvieron para el funcionamiento de una torre militar con finalidad de comunicación óptica, tal y como lo hacía la torre de Montjuic. La torre que había en Montcada, tenía visión directa con la torre de Montjiuc, aunque no tenían comunicación entre sí, ya que la de Montjuic conectaba con la de Sant Pere Màrtir, situada a poniente del Tibidabo y esta con la del Turó de Montcada.
La verdad, es que además de algunas curiosidades sobre la propia Barcelona, Caminar BCN me ha servido para curiosear un poco sobre mi cuidad y quererla un poco más. No tanto por su urbanismo, sino por su historia.