Caminando por las calles de
Passeio Alegre y Esplanada do Castelo, es posible ver que tenemos un espacio, un espacio
público que es continuo, en que tenemos una gran diversidad de situaciones. Estructuras
arquitectónicas de la estructura urbana de las plantas que componen las
fachadas de los edificios, dondé cada punto de vista es único.
Los espacios, y en el fondo
son los que nos interesan, pues permiten una gran variedad de pistas. Sea en
caminatas, para moverse rápidamente, a pescar o a meditar, esta zona está
bien dotada de características que lo hacen tan próprias solamente.
La Calle Passeio Alegre,
presenta un trazo rectilíneo, gracias a la pequeña inclinación de la pista,
permite a los visitantes para cubrir toda la longitud de la calle.
El trazado es sinuoso y la
pendiente mayor que el Passeio Alegre calle, es imposible para el visitante a
ver delante de la larga distancia, sin embargo, se puede contemplar lo que está
al lado, incluyendo el Forte S. João.
En Barcelona encontramos
igualmente situaciones el interesar, pues es el paseo Colom, que aunque
contestar a otra escala y a un frente del agua, nos reflejamos en un pedazo lleno
de 130 metros de vivo y de la intención. Este punto cívico es corporativo para
una serie de infraestructuras como, Trazado de la Ronda Litoral, el Paseo de Colón transitos
peatonales, aparcamientos publicos, que funcionan los espacios públicos de la gran calidad.
A la semejanza de la Foz,
projecto del Moll de Fusta de M. Las Solà-Morales hacen apropiado esta actitud
cuando, de una intervención presumable del camino, hace para derivar una orden
global en el espacio a través de la ciudad vieja y del puerto, con el extremo,
transformarlo en un proyecto activo a la renovación del centro histórico y en
el desarrollo futuro del puerto urbano. Este impuesto debe ser un claro ejemplo
para los grandes elementos de la infraestructura que el compromiso por el impacto
financiero y ambiental debe convertirse en la primera
estructura de la ciudad futura.