A su vez, la proximidad entre todos los pueblos, que forman la comarca de la Marina Alta, hace que todos ellos sean dependientes, comparten muchos equipamientos, y los turistas aprovechan esto para visitar cada día un pueblo sin tener que desplazarse mucho.
Los municipios más antiguos se asentaron más hacia el interior, ya que era una zona que vivía del campo y las tierras cercanas al mar no resultaban buenas para el cultivo, de forma que en los territorios costeros vivían únicamente los pescadores en aldeas pequeñas. Cuando estalló el boom del turismo y se vio que este daba mucho más dinero que la agricultura, estas pequeñas aldeas de pescadores se convirtieron en pequeñas ciudades muy densas con construcciones tremendamente altas. Algunos ejemplos son Calpe, Benidorm, Javea. Mientras que las poblaciones más alejadas seguían manteniendo el carácter de pueblo, y sus costas se explotaban con construcciones de baja densidad.
Calp |
Benidorm |
Estas "minicities" seguramente cumplen mucho mejor con las exigencias de los turistas en verano, pero en invierno se convierten en ciudades fantasma, sus edificios más altos quedan vacíos de habitantes y gran parte de los negocios cierran. Por no hablar del gran impacto que causan estas construcciones en el frente marítimo. ¿Realmente compensa esto?