La
relación entre la montaña y la ciudad. Estanislau Roca nos trasladó que la
imagen que los barceloneses han tenido de Montjuic ha variado a lo largo del
tiempo. El símbolo histórico y monumento más antiguo (finales del siglo XVII)
es el Castell de Montjuic. A partir de 1714, se instala en él el poder militar
bajo el gobierno central de Madrid, y en 1842 y 1843 Barcelona es bombardeada
con los cañones del castillo. Durante el siglo XIX es utilizado como lugar de
tortura y prisión de víctimas de represión social y de la lucha obrera. Todos
estos hechos generan la idea de la montaña como representante del sometimiento
de la ciudad a la capital, y en ese tiempo no era vista como un lugar agradable
para la ciudadanía. Un vínculo entre arquitectura y poder tan presente en la
historia: Hitler y Albert Speer, Tony Blair y la Cúpula del Milenio, Saddam
Hussein y sus palacios, Mitterand, Stalin, Rockefeller, etc. (La arquitectura del poder, Deyan Sudjic).
Mahón
tiene en frente su propio Montjuic: la fortaleza de la Mola. En la orilla
contraria a la ciudad, en la entrada del puerto se encuentra la península de la
Mola donde en 1849 Isabel II construyó la fortaleza para defender el puerto,
constituir la base de operaciones de todo el Ejército de la isla y servir de
reducto de seguridad, en último término, a dicho Ejército. Un paisaje de
imponentes muros de piedra caliza define el perfil de la entrada al puerto,
configurando todo el conjunto de la fortaleza. Un lugar hoy accesible para
visitar las instalaciones y un pequeño museo, pero que permaneció siglos
aislado para los menorquines.