dilluns, 3 de juny del 2013

El pueblo bajo las campanas


El pueblo bajo las campanas.


La torre Inbisa, una confección arquitectónica del siglo XXI, que forma parte de un conjunto de torres.
Su altura la hace un perfecto mirador para la cuidad, un conjunto de torres que buscan generar una identidad de lugar en su entorno.
Las entrañas de la torre nos muestran un lenguaje constructivo muy ordenado y simple, com0 una gran apreciación por el detalle. Una planta baja que conecta con el entorno y una planta superior que nos eleva a las azoteas de Barcelona que nos descubre una Barcelona a vista de pájaro, donde las calles y las luces cobran protagonismo, donde podemos apreciar el ritmo trepidante en el cual nos movemos constantemente, configuraciones de luces en las fachadas, dando paso a la vida cotidiana que habita en ella.
La mejor sensación es la estar en la ultima planta i contemplar la ciudad ante nuestros pies, y el hecho de saber que esta arquitectura nos protege y nos deja ser libre por unos instantes.
Somos libres porque nos olvidamos de lo que nos rodea y buscamos el mas allá, esa venta abierta en un fachada a 100 metros donde vemos algo de vida, libres porque por algunos instantes jugamos a reordenar una ciudad que hemos visto miles de veces pero nunca  hemos sentido, libres porque imaginamos y soñamos en mejorar lo que nuestros ojos están viendo.

Hay un lugar muy parecido en mi pueblo, un lugar desde donde también podemos ser libres, donde la máxima actividad que habita en la torre, es el batido de las alas de las palomas que viven el la cima, y el ruido de una escalera de madera que pide a gritos un que la cambien.




















Una torre con unas campanas que suenan cada hora, cada cuarto. Esa es la torre de los sueños, la torre que marca el ritmo de la gente que vive en el pueblo, la torre mas importante.
El guardián del pueblo, el punto de referencia que suena para avisarnos que nos debemos levantar, que es hora de comer, que es hora de ir a dormir.
Todo un punto de referencia y donde los sueños de muchos empiezan y los de otros terminan a su son.
Pocos privilegiados pueden entrar en la torre, una torre que no recibe muchas visitas, por su reciente mal estado, su construcción es del siglo XVI.
En sus alturas tenemos el pueblo a nuestros pies y podemos ser libres.