dilluns, 3 de juny del 2013

Anomalías urbanísticas en peligro de extinción

La huella de lo que fué el Poblenou, la Zona Franca y muchas otras áreas de Barcelona está materializada en los edificios que han sobrevivido al paso del tiempo. Tanto las naves que apenas se sostienen, como algunas otras rehabilitadas -y incluso consideradas como valiosos ejemplares de la arquitectura catalana de la época- recrean el escenario de lo que fue una ciudad de intensa actividad económica fabril.

Pero Barcelona no sólo exhibe la memoria de su pasado industrial a través de sus fábricas. Dispersas entre los diferentes tejidos de la ciudad que están hoy en reconversión, existen aún testigos de la otra faceta de la vida industrial: las colonias.
Concebidas en la primera mitad del siglo XX, estos despliegamientos de vivienda barata constituyen hoy en día una anomalía urbanística. Estos barrios horizontales son un ejemplo de lo que los sociólogos denominan "urbanismo despótico", ideado para garantizar la alienación de los obreros empleados.

Es curioso que hoy en día sean un oasis privilegiado, sobretodo las viviendas que permanecen -o permanecían, hasta hace un par de años- en el centro de Les Corts (Colonia Castells) o las que se sitúan en las faldas del Turó de la Peira, en Horta.


 Bon Pastor, 1932.
Bon Pastor, hoy en día.
Viviendas en el Turó de la Peira, Horta (1930)
Viviendas del Turó de la Peira, hoy en día.


El oasis que constituía hace un par de años la Colonia Castells, rodeada de la ciudad vertical.

En otras ciudades ya no queda rastro de este tipo de colonias; han sido substituidas por crecimientos en vertical de dimensiones colosales. Ante la excusa de la higenización, se han levantado barrios para clases con bajos recursos que son completamente deshumanizados. Estas imágenes de banlieues en París, también conocidos como ghettos, hablan por sí solas.