El Canódromo de Meridiana
La primera vez que oí de la existencia de este edificio, fue en la última edición del OHB. Me inscribí como voluntaria y me tocó hacer de guía en este edificio. Al final, José María de Lecea que realizó su rehabilitación en 2010 vino e hizo las explicaciones guiadas, cosa que fue mucho más enriquecedor tanto para las voluntarias como los visitantes. Se conocía el edificio al milímetro y se notaba.
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No sé, lo que se explicó en la
visita de clase porque no pude ir, pero me hacía gracia escribir sobre este
edificio. El principal objetivo de Montenys y Lecea, según nos explicó, era
permanecer fiel al edificio pero ganando espacio de alguna forma y cambiando el
uso, un centro de arte.
En 2007 el canódromo cierra por
problemas financieros, ya que se había convertido en un merendero de jubilados
y en 2009, con el plan Zapatero se subvenciona su rehabilitación, que constará
de tres fases, dos de ellas realizadas y otra que por la situación financiera
de España tendrá que esperar no se sabe cuántos años. Mientras tanto el
edificio permanece vacío y es utilizado para celebrar fiestas de cumpleaños de
los niños del barrio y el perfecto sitio para hacer botellón de la zona. Los
dos días que fuimos tuvimos que limpiar botellas y latas de cerveza que estaban
distribuidas por todo edificio. Daba mucha pena, que un edificio recién
reformado tuviese que sufrir ese trato.
Gracias al trabajo realizado por
Lecea y Montenys, el canódromo vuelve a tener toda la manzana, las pistas se
han convertido en un parque infantil, pero el edificio totalmente relacionado
con ese espacio vuelve a tener sentido. Los extremos del edificio, que se
habían cerrado con madera se vuelven a abrir como en el proyecto original(Imagen 5). Se
construye el parámetro de detrás que no existía antes, ya que estaba siempre
abierto con el panel de las apuestas. Pero es necesario poder “cerrar” el
edificio. Las barandillas (Imagen 4) de la gradería se suben porque no cumplían las
normativas, pero afortunadamente la sobria escalera de caracol se mantiene (Imagen 2), al ser
no escalable, ni traspasable. También se reconstruye la pared de detrás, con un
paño de vídrio como zócalo para que no lleguen al suelo (Imagen 1). El suelo de la sala donde los perros esperaban su turno para correr al tener altura canina, se rebaja dejando al descubierto las zapatas (Imagen 3)
Espero que pronto se lleve a cabo la 3ra fase y que encuentren un nuevo uso al edificio y que se pueda empezar a utilizar el edificio.