dilluns, 29 d’abril del 2013

Intervenir en el casco antiguo: el caso de Barcelona y la Strada Nova de Venecia

En correspondencia con la construcción del ensanche, durante el siglo diecinueve, el corazón de Barcelona vivió una etapa de profundas transformaciones urbanísticas que le cambiaron la cara a la ciudad.  El centro medieval de la ciudad, con sus callecitas pequeñas y sus plazas silenciosas, empezó a ser cruzado por calles anchas, mas parecidas al tamaño de las calles de la nueva ampliación de Cerdà que a la escala propia de las vías antiguas. Muchos edificios se derribaron, se construyeron nuevos, se llegó a mover edificios de un lugar a otro. Las intervenciones mas vistosas fueron seguramente el eje constituido por Carrer Princesa, Carrer Jaume I, Plaza Sant Jaume y Carrer Ferran y la Via Laietana que atraviesa  todo el casco viejo desde el norte hasta el mar.

Carrer Jaume I

Via Laietana

En Venecia se intentó hacer algo parecido, que pero quedó incompleto. Se trata de la Strada Nova, la calle nueva en español, una intervención que se empezó cuando la ciudad aun pertenecía a los austriacos y que se acabó mas o menos en el 1870. Es una calle bastante ancha, diseñada mirando a los modelos de las grandes capitales europeas, que  se construyó a través de los enterramientos de muchos canales de agua y de la demolición de muchos edificios de la Edad Media. En la idea del gobierno austriaco, la Strada Nova tenia que conectar Piazza San Marco, el corazón institucional de la ciudad, y el mercado de Rialto con la nueva estación de los trenes construidas en los mismos años en la zona de Santa Lucia, y crear así una nueva viabilidad. Según las intenciones del gobierno austriaco esta intervención habría estado el primer paso de la ciudad hacia la modernidad.

 La Strada Nova: una intervencion incompleta

El inicio de la Strada Nova cerca de la estacion

 La Strada Nova cerca de la Ca' d'Oro