dilluns, 3 de juny del 2013

Poblenou: Nau 127 del carrer Puigcerdà

Entre los nuevos desarrollos que se llevan a cabo en el distrito popularmente conocido como 22@ persisten zonas industriales ya obsoletas que aún no se han visto afectadas; ni por la piqueta que lleva a cabo los derribos ni por ningún proyecto de remodelación.
Considerando la embergadura de la zona que se encuentra limitada por la Gran Vía, la Diagonal y Rambla de Prim, es comprensible que el proceso de rehabilitación urbana del poblenou se desarrolle en fases, y que existan momentos en ese prolongado lapso de tiempo donde convivan arquitecturas de contrastes sorprendentes.
El caso de la nave 127 de la calle Puigcerdà es uno de esos casos. Se trata de un edificio abandonado, por el que se accede a través de una interrupción en la valla metálica. Hace unos días me quedé perpleja al observar la actividad que desde fuera se apreciaba: idas y venidas constantes con garrafas de agua.
Parece que en su interior existen asentamientos ilegales, autoconstruidos y sin acceso a la red de fontanería ni de saneamiento. Según los medios, es uno de los epicentros de la transacción de chatarra en Barcelona.





En París, las zonas industriales han sido totalmente desmanteladas en lo que conforma el límite del municipio, y los solares que ocupaban se han visto provistos de replaneamientos que no permiten este tipo de situaciones. El país francófono, pionero en el estado social, llevó a cabo un sinfín de bloques de vivienda social y para así erradicar la infravivienda. Ha habido mucho debate sobre el cómo, sobre el fenómeno de los ghettos, y finalmente la temática se ha trasladado a otros campos como el cine o el cine documental. De este modo, el ciudadano ha empezado a ser conocedor de lo que ocurre en su ciudad. A veces no es suficiente con una noticia en los periódicos, o en el telediario, para hacernos conscientes de realidades tan próximas como la de la calle Puigcerdà.