Los barceloneses le deben su origen a
Montjuic, ya que la montaña albergó los primeros pueblos íberos y ofreció su
piedra para construir los edificios originales de la ciudad. Pero no siempre se llevaban bien. Cuando
Madrid estableció un castillo en su clima, la montaña se convirtió en un
símbolo del poder real. En aquella época, se publicó una ilustración de un
hombre mirando arriba hasta la montaña, amenazándola con el puño.
Me
pregunto si los habitantes de Ithaca piensan lo mismo hacia nosotros, los
estudiantes que viven arriba en Cornell. Por un lado, la ciudad gozan de la
reputación que le ganamos y el dinero que contribuimos a sus restaurantes y
negocios. Por otra parte, desde nuestra ubicación en la colina, me imagino que
podemos parecer arrogantes y aislados de la comunidad. Cabe notar que la mayor
fiesta del año para la ciudad tiene lugar en verano la semana después de que
termina el año escolar.