Una de las ventajas de vivir en el medio
de nada es que siempre estás rodeado por la naturaleza. Cada día para llegar a
clase paso por al menos por un bosque, un río y un patio lleno de césped y
árboles. De hecho, el lema informal de la ciudad es “Ithaca is Gorges,”
haciendo un juego de palabras entre “gorges” (un cañón) y “gorgeous” (hermoso).
Viviendo
en Barcelona, echo de menos este contacto diario con el mundo natural. Es
verdad que hay muchos parques y jardines aquí y, además, hay el mar. Pero todos
son espacios artificiales normalmente ruidosos y llenos de gente.
Una excepción es el gran parque de la
Collserola. Con un área de 11.000 hectáreas, representa el parque metropolitana
más grande del mundo. Tras conocerlo en nuestro recorrido, vuelvo allí a menudo
para huir de la ciudad.