Como
ya se explico en la visita, existe una cierta,
pero lejana, similitud entre la cuatro torres de Madrid y la plaza
Europa. Ambas se plantearon como una puerta de entrada en el límite de Madrid (entrada
norte de la castellana) y Barcelona. Con edificios en altura, algunos de ellos
proyectados por arquitectos de renombre internacional, que sirven de icono y
transforman el skyline de la ciudad.
Cierto
es, que en el caso de Barcelona, tiene un peso urbanístico más grande, al
servir de conector entre dos barrios. Mientras que en Madrid, las torres
descuidan su contacto con el terreno y niegan el entorno encerrándose en sí
mismas, sin tener encuentra la escala más cercana y de barrio. Hay que decir,
que aún así el resultado es mejor que la antigua ciudad deportiva de Madrid,
uso que tená antiguamente el solar. También se ha de reconocer el mayor impacto
que tienen las cuatro torres sobretodo por su desorbitada altura. Las nuevas construcciones superan en 100m la
que era hasta entonces el edificio más alto de la capital, la torre Picasso,
también en el Paseo de la Castellana.
Por
lo que respecta a los edificios, cada una esta construida por empresas
multinacionales, que contrataron a grandes arquitectos para que hicieran cada
cual su escultura más imperfecta. Por lo tanto sería absurdo hablar de sus
acabados o materialidad, no se especuló en los gastos de estos. No obstante, más
interesante fueron los usos que se dan a estas torres, donde encontramos
sobretodo oficinas de grandes empresas o embajadas, hasta un hotel, un
restaurante panorámico de lujo o incluso hasta la capilla situada a más altura
de Europa.