La ciudad de Ginebra fue ‘mi
capital’ todo el año pasado en el que estuve haciendo el intercambio en
Lausanne: punto de llegada y de partida y lugar recurrente en tema de
administración. Capital también a nivel financiero y diplomático, pues alberga
las sedes de un gran número de organizaciones internacionales como la ONU o
Cruz Roja.
Ginebra se encuentra en el centro de
una depresión rodeada de los alpes franceses que acaba con la desembocadura del
río Rodan al lago Lemán, auténtico centro de la ciudad. Toda la vida gira a su
alrededor, motivo por el cuál encontraremos distintos puentes en la zona más
estrecha de ambas orillas.
Siguiendo un esquema simple: diremos
que encima de la orilla izquierda del lago se halla el casco antiguo de la
ciudad, actual barrio central y comercial dominado por la catedral St Pierre.
Mientras que en la orilla derecha encontramos el barrio Les Paquis, conocido
por su ambiente bohemio fue en su tiempo zona de pastoreo, hoy alberga un
número creciente de los mejores cafés y restaurantes de distintas etnias así
como los mejores hoteles de la ciudad. Regido por la indispensable Gare de
Cornavin, estación de trenes central que conecta con el importante aeropuerto
internacional. Punto de llegada ala segunda ciudad más importante de Suiza.
Más allá de su tradición relojera, sus herméticos
y discretos bancos y su calidad de pistas de ski… Ginebra tiene varias
particularidades así como anécdotas que intentaré ir explicando.